Deterioro de la movilidad fisica intervenciones
Movilidad reducida
Dado que los problemas de movilidad están directamente relacionados con los trastornos musculoesqueléticos, realice una evaluación exhaustiva del sistema musculoesquelético y su efecto en el estado de movilidad del paciente. Evalúe la fuerza muscular y la coordinación y, a continuación, evalúe las habilidades de movilidad en el siguiente orden: movilidad en la cama, colgado en la cama con apoyo y sin apoyo sentado, soporte de peso mientras se transfiere de sentado a de pie o a una silla, de pie y caminando con ayuda, y caminando de forma independiente.
Dado que la inmovilidad puede afectar negativamente a varios sistemas corporales, realice una evaluación exhaustiva de los pacientes con movilidad reducida. Evalúe el sistema cardiovascular, incluida la tensión arterial, los ruidos cardíacos, los pulsos apicales y periféricos y el tiempo de relleno capilar. Evaluar la presencia de edema en las extremidades inferiores y de signos de una posible trombosis venosa profunda (TVP).
Evaluar el sistema respiratorio, incluida la frecuencia respiratoria, la saturación de oxígeno, los ruidos pulmonares, el movimiento y la simetría de la pared torácica, y la profundidad y el esfuerzo de las respiraciones. Evaluar los posibles signos de atelectasia y neumonía.
¿Cuál es el objetivo de enfermería en caso de movilidad reducida?
Un ejemplo de objetivo general para un paciente con Movilidad Física Deteriorada es: "El paciente participará en las actividades de la vida diaria en la mayor medida posible para su estado."
¿Qué intervenciones de enfermería pueden ayudar a prevenir las complicaciones de la inmovilidad?
Algunas de estas complicaciones de la inmovilidad pueden prevenirse con medidas de higiene respiratoria como la respiración profunda, la tos, el drenaje postural, la percusión y la vibración.
Intervenciones de enfermería para la inmovilidad
La movilidad se define simplemente como la capacidad de trasladarse o moverse de un lugar a otro. Esto implica el uso de uno o más modos de transporte como caminar, utilizar dispositivos de asistencia y/o vehículos.
La Movilidad Física Deteriorada es un diagnóstico de enfermería de la NANDA que se puede utilizar para crear un plan de cuidados para los pacientes que tienen problemas de movilidad debido a una enfermedad debilitante, una lesión o un estado postoperatorio.
Diagnóstico de enfermería: Deterioro de la movilidad física relacionado con una inflamación vertebral y articular secundaria al síndrome de cauda equina, evidenciado por un dolor intenso en la pierna valorado en 8 sobre 10, debilidad muscular en la pierna, incapacidad para realizar las AVD y verbalización de fatiga.
Deterioro de la movilidad física relacionado con el proceso de la enfermedad de atrofia multisistémica (AMS) evidenciado por bradicinesia, deterioro cognitivo, incapacidad para soportar peso, rigidez, debilidad generalizada, incapacidad para realizar las actividades de la vida diaria (AVD) con normalidad y verbalización de cansancio abrumador.
Diagnóstico de enfermería: Deterioro de la movilidad física relacionado con la enfermedad ósea de Paget, evidenciado por la presencia de rigidez, debilidad y pérdida gradual de movimiento en la pierna derecha, dolor bilateral moderado en la pierna clasificado 6/10, incapacidad para realizar las AVD
Diagnóstico de enfermería Nanda
Información importante: Tenga en cuenta que estos planes de cuidados se enumeran únicamente con fines de ejemplo/educativos, y que algunos de estos tratamientos pueden cambiar con el tiempo. No trate a un paciente basándose en este plan de cuidados.
Los planes de cuidados se elaboran a menudo en diferentes formatos. El formato no siempre es importante, y el formato del plan de cuidados puede variar entre las diferentes escuelas de enfermería o trabajos médicos. Algunos hospitales pueden tener la información en formato digital o utilizar plantillas prefabricadas. La parte más importante del plan de cuidados es el contenido, ya que es la base sobre la que se asentarán los cuidados.
Como enfermera del turno de día, recibes a un paciente de 65 años que está en el tercer día postoperatorio de una reparación del fémur derecho. El paciente no ha salido de la cama desde el día anterior a la operación. La pierna derecha del paciente está escayolada desde el muslo hasta el tobillo. La amplitud de movimiento del paciente en todas las demás extremidades es de 3-4 y de 2 en la extremidad inferior derecha. La paciente se queja de estar "tan cansada" y durante los ejercicios de fortalecimiento de la parte superior del cuerpo la paciente se queja de estar "tan sin aliento" y afirma "no me había sentido tan débil desde que di a luz a mi primer hijo hace 40 años". Las constantes vitales de la paciente son: FC 89, PA 120/80, Saturación de O2 97% en AR, Temp. 98.8, y Dolor 8 en escala 1-10 indicando dolor en pierna derecha.
Objetivos a corto plazo para la movilidad física reducida
Dado que los problemas de movilidad están directamente relacionados con trastornos musculoesqueléticos, realice una evaluación exhaustiva del sistema musculoesquelético y su efecto en el estado de movilidad del paciente. Evalúe la fuerza muscular y la coordinación y, a continuación, evalúe las habilidades de movilidad en el siguiente orden: movilidad en la cama, colgado en la cama con apoyo y sin apoyo sentado, soporte de peso mientras se transfiere de sentado a de pie o a una silla, de pie y caminando con ayuda, y caminando de forma independiente.
Dado que la inmovilidad puede afectar negativamente a varios sistemas corporales, realice una evaluación exhaustiva de los pacientes con movilidad reducida. Evalúe el sistema cardiovascular, incluida la tensión arterial, los ruidos cardíacos, los pulsos apicales y periféricos y el tiempo de relleno capilar. Evaluar la presencia de edema en las extremidades inferiores y de signos de una posible trombosis venosa profunda (TVP).
Evaluar el sistema respiratorio, incluida la frecuencia respiratoria, la saturación de oxígeno, los ruidos pulmonares, el movimiento y la simetría de la pared torácica, y la profundidad y el esfuerzo de las respiraciones. Evaluar los posibles signos de atelectasia y neumonía.